viernes, 3 de octubre de 2014

Oso panda o Panda gigante

                 

                  Estado de conservación

Hoy en día, el enemigo más importante del oso panda es la pérdida de su hábitat, y ésta se produce de un modo imparable sobre todo por la tala del bosque. Por ejemplo, en el área de Quin Ling las compañías madereras ya han ocupado el 70% del hábitat del panda, y siguen destruyéndolo: dinamitan las montañas para hacer nuevas carreteras y poder talar así más cerca de la cima. La consigna es “más madera”, porque en China más de mil millones de personas la necesitan, entre otras cosas, para sus casas y para calentarse…, y dentro de cien años podrían ser 2.000 millones. Así pues, las perspectivas de futuro no son muy halagüeñas para el panda: el alimento y los refugios escasean, las poblaciones están cada vez más aisladas y su hábitat disminuye: el territorio habitable se ha reducido a la mitad en sólo dos décadas.

                        Reproducción

Encuentro de sexos

Después de todo el año de permanecer solos, en la primera mitad de la primavera (de mazo a mayo, aunque lo más frecuente es en abril) machos y hembras de la especie panda se reúnen. Sin embargo, sólo algunos ejemplares lo hacen, pues una buena parte es demasiado joven, otra demasiado vieja y numerosas hembras están aún cuidando sus crías; en la actualidad, además, el aislamiento y la baja densidad de las poblaciones hace que muchas veces los machos y las hembras aptos y disponibles simplemente no se encuentren, lo cual provoca una lamentable pérdida de potencial reproductivo. Esta afirmación puede parecer exagerada, peor no lo es en absoluto, pues la hembra sólo está en celo unos pocos días al año, a veces uno solo y, como máximo, cinco. Así, a menudo sucede que, a pesar de producirse el encuentro, éste tiene lugar en un momento en el que la hembra no está receptiva, por lo que la fecundación será imposible. En algunas zonas es posible que varios machos hayan percibido el olor característico de la hembra en celo y se acerquen a la vez. En este caso, los machos pelearán –más que una pelea se trata de un forcejeo- para ver cuál tiene más fuerza. El vencedor permanecerá con la hembra un par de días, o puede que uno solo, durante los que se aparearán numerosas veces.
Gestación
El embarazo del oso panda puede durar de poco menos de 100 días a poco más de 160. Este margen tan grande se debe a que el inicio real de la gestación depende del momento en que se haga la implantación diferida del óvulo (puede variar de 45 a 120 días). En todo caso, la mayor parte de nacimientos se producen en agosto o septiembre. Lo normal es que nazcan una o dos crías (excepcionalmente tres), pero casi nunca prospera más de un cachorro. La gestación real es muy corta, como en todos los osos, lo que da origen a un recién nacido pequeñísimo. Con sus 100 gramos, o poco más, el oso panda puede multiplicar por 1.000 su peso para llegar a adulto. En minúsculo e indefenso, pero se hace notar, pues no deja de emitir chillidos-ladridos precisamente para evitar ser aplastado por la madre.

Crecimiento y aprendizaje

La hembra del oso panda permanece 25 días en la cueva o árbol hueco que ha buscado para parir, por lo que tampoco puede alimentarse: sólo cuida de su cachorro. Durmiendo más de veinte horas al día y amamantado por la nutritiva leche materna, el osezno alcanza 1,5 kg. a las siete semanas, momento en que abre los ojos. A partir de entonces la hembra incrementará y prolongará sus salidas durante varias horas para alimentarse y recuperar fuerzas y poder así continuar suministran leche a un cachorro cada día más insaciable. Hasta hace poco, estas ausencias eran aprovechadas por los furtivos para atrapar al inerme cachorro, que casi siempre acababa muriendo en manos del hombre. A los dos meses el oso panda todavía no hace más que dormir y mamar tres o cuatro veces al día. A los tres meses ya se muestra más activo y sus movimientos empiezan a ser coordinados. A los tres o cuatro meses el pequeño panda da sus primeros pasos fuera de la madriguera, pero cuando encuentra bambú sólo juega con él, pues sigue alimentándose exclusivamente de la leche materna. Empezará a comer bambú como complemento de la dieta poco antes de cumplir medio año. El destete definitivo se produce a los nueve meses, pero no abandonará a la madre hasta cumplir los 18 meses. En cuanto se independiza de la madre, el joven oso panda está bastante indefenso ante los depredadores. Jugando con cualquier animal u objeto que se encuentra y con el mismo bambú, tiene que aprender a sobrevivir basándose en lo que ha visto hacer a su madre. Por suerte, no es frecuente ver a grandes felinos adentrarse e las actuales áreas de distribución del panda. El oso panda no alcanza la madurez sexual hasta los seis o siete año de edad. Nunca realiza migraciones y, a diferencia de otros osos, ningún año hiberna. Según sea el invierno más o menos riguroso, descenderá más o menos hacia el valle, pues en la alta montaña helada no puede sobrevivir.

jueves, 2 de octubre de 2014

Oso Panda

                                         Oso Panda 
 El panda gigante es un insaciable devorador de bambú. Un ejemplar medio se pasa la mitad del día comiendo-literalmente: 12 de cada 24 horas-y hace sus necesidades docenas de veces al día. Hacen falta 12,5 kilos de bambú para cubrir las necesidades alimenticias diarias de un panda gigante, que arranca ansiosamente los tallos con los alargados huesos de sus muñecas, usándolos a modo de pulgares. Ocasionalmente también comen pájaros o roedores.
Los osos panda sólo se encuentran en estado salvaje en remotas regiones montañosas del centro de China. Allí las elevadas plantaciones de bambú son frescas y húmedas, como a ellos les gusta. En verano pueden ascender hasta los 4.000 metros de altitud para buscar su alimento en las laderas más altas.
Es habitual ver a los osos panda comer relajadamente sentados en el suelo, con sus piernas traseras estiradas hacia adelante. Aunque den la impresión de ser sedentarios, trepan a los árboles con gran habilidad y son excelentes nadadores.
Los pandas gigantes son animales solitarios. Tienen un sentido del olfato muy desarrollado, que los machos emplean para evitarse entre sí y para encontrar una hembra con la que aparearse en primavera. Tras un embarazo de cinco meses, la hembra da a luz a un único cachorro o a gemelos, aunque en este caso no es capaz de cuidar de los dos. Los pequeños pesan apenas unos 150 gramos al nacer y no pueden gatear hasta cumplidos los tres meses. Nacen ciegos y de color totalmente blanco; sólo más tarde su pelo toma las tonalidades que lo hacen tan atractivo.
Únicamente quedan unos 1.000 pandas gigantes en libertad, y quizás otros 100 que viven en zoos, donde siempre es una de las atracciones más populares. Mucho de lo que sabemos sobre los pandas proviene de la observación de los ejemplares en cautividad, ya que sus primos de las montañas chinas son esquivos y raros de ver.